
martes, 22 de mayo de 2018
Tras la muerte de Escobar en 1993, el grupo dejó una estructura sicarial compleja en Medellín y una vasta cantidad de armas, un grupo de rutas internacionales para el narcotráfico, una cantidad enorme de dinero en efectivo, principalmente en las así denominadas caletas, una sociedad, clase política y unas instituciones estatales corruptas y al servicio del mejor postor, lo que sirvió de combustible para la continuación del conflicto colombiano en las décadas siguientes, ya que, tanto los grupos paramilitares y las varias Guerrillas entraron de lleno a tomar este negocio del narcotráfico, encontrando cada uno en éste la fuente de su financiación en la lucha por el poder, aumentando así la complejidad del conflicto en los centros urbanos y acentuándolo en las áreas rurales.


Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario